sábado, 1 de diciembre de 2012

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "HISTORIA DE LA MASONERÍA"




El día 27 de noviembre/13 (E:. V:.), en el Or:. De Santiago de Chile, se llevó a cabo el lanzamiento de una nueva publicación impresa del libro "Historia de la masonería", de mi autoría, en el Gran Templo de la Gran Logia Mixta de Chile, esta vez editada por el Q:. H:. Luis Ulloa Vásquez en la Editorial Caballo de Mar y decorado con una significativa pintura del Q:. H:. Mario Otárola Lorca.

La presentación estuvo a cargo del dos veces Gran Maestro, Ex Gran Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del REAA de la Gran Logia Mixta de Chile y Ex Vicepresidente de CLIPSAS, IPH:. Sergio Troncoso del Campo.  Las intervenciones giraron entorno a la importancia de que los masones conozcan sus orígenes, se leyeron algunos párrafos destacados de la obra y se leyó un fraternal mensaje personal del autor.  Fue una hermosa jornada Masónica.

 

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "HISTORIA DE LA MASONERÍA" DE IVÁN HERRERA MICHEL


S:. G:. M:., queridos hermanos todos:
   
¡Ah, ustedes son irregulares!, es la expresión con que los miembros de las logias masculinas se refieren a nosotros. Cuando la escucho, respondo citando a Antoine de Saint Exupery, que las diferencias nos enriquecen, que no hay una sola masonería, sino muchas masonerías y que debiéramos aprender a respetarnos entre nosotros. Iván Herrera enfrenta esta situación de una manera distinta. En su libro “Historia de la masonería” él se pregunta ¿quiénes son los irregulares?, ¿dónde se origina la pretendida regularidad de la Gran Logia Unida de Inglaterra? y llega a conclusiones inesperadas.
         
IPH:. Sergio Troncoso del Campo
La visión que nos ofrece Iván Herrera del devenir de la masonería en el tiempo escapa a lo que habitualmente encontramos en el mercado editorial tradicional. El autor es una persona comprometida con la masonería adogmática y liberal y no trepida en cuestionar algunos hitos relevantes de la historia de la masonería y cual moderno Quijote, va lanza en ristre derribando mitos.
             
El autor ubica los orígenes de la masonería, la nomina prehistoria masónica, en los tiempos del legendario Numa Pompilio,en el siglo VII a. C., donde los cuerpos de arquitectos acompañaban a las Legiones Romanas y desde allí va dibujando un curso que pasa por los arquitectos ubicados en una isla del lago Como, en el norte de Italia, en el siglo VI d. C., prosigue con las construcciones románicas de los monjes Benedictinos, entre los siglos VII y XII y desemboca en las logias de los constructores que operaron en la Edad Media y en el Renacimiento y termina en la masonería especulativa. Es un viaje razonado, en que se han recogido numerosos antecedentes que avalan el ciclo evolutivo que va operando en la institución. Puede uno estar o no de acuerdo con este itinerario, como decía un autor inglés, antes de hablar de la historia de la masonería, pongámonos de acuerdo en su definición. Sin embargo, el esfuerzo realizado por el autor consigue presentar una historia de la masonería creíble y documentada.
              
Deja muy en claro que la incorporación a la Masonería de las tradiciones y discursos metafísicos de los pueblos antiguos del Medio Oriente, África del  Norte y Asia Central,  así como las explicaciones cosmológicas, es un fenómeno especulativo que comenzó con posterioridad a las Logias Operativas.
                
Q:. H:. Washington Ulloa Vásques
Responsable de la Edición
La historia de la masonería especulativa explora las diferentes corrientes que han estado presentes, la regular o conservadora y la liberal o adogmática. El descarnado análisis que hace del concepto de regularidad es un verdadero aporte al tema, revisando la composición de las 4 Logias que constituyeron la Gran Logia de Londres y presentando las circunstancias políticas en que se dio este evento.
               
Analiza in extenso “Los principios básicos para el reconocimientos de Grandes Logias” emitido en 1929 por la Gran Logia Unida de Inglaterra y reformados ligeramente en 1989.
                 
Recordemos que por la aplicación de este documento por la Gran Logia de Chile, muchos hermanos nuestros que pertenecían tanto a la Gran Logia de Chile como a la Orden Masónica Mixta, que era el nombre de nuestra institución en esa época, debieron optar por participar en una u otra Obediencia, y la mayoría, salvo honrosas excepciones, entre las que se cuenta el I:. y P:. H:. Luis Brücher Encina, eligieron continuar en la Gran Logia de Chile.
                 
En su parte final, Iván Herrera se aboca a describir la situación actual de la Masonería en el mundo y su proyección al futuro, donde consigna que la “Masonería Regular” pierde cada vez más adeptos, en contraposición a lo que ocurre con la masonería liberal que gana terreno, especialmente en el tercer mundo.
                  
Iván Herrera es una persona estudiosa, que investiga mucho pero, además, es un hombre de nuestros tiempos, que sufre con la división de la francmasonería y se pregunta cuál es la respuesta adecuada que exige de esta institución la sociedad actual. Los conceptos que nos propone son elementos valiosísimos para los masones que compartimos la visión de una masonería que aboga por la absoluta libertad de conciencia y que combate toda forma de discriminación.
                   
Quien lea esta obra, no encontrará en ella un panegírico con loas a una institución perfecta, por el contrario, encontrará las luces y sombras que corresponden a las grandezas y miserias del género humano.
                     
Esperamos que este libro sea de eficaz ayuda para los miembros de la Gran Logia Mixta de Chile y para todos aquellos estudiosos que deseen profundizar en los orígenes y devenir de esta maravillosa institución, siempre en evolución, que es la masonería.
                 
Antes de terminar, debo dejar constancia de que La Respetable Logia Pitágoras N°3,  de la Gran Logia Mixta de Chile, expresa su agradecimiento a Iván Herrera Michel, al permitir la impresión de esta nueva edición de su libro “Historia de la Masonería”, renunciando a sus derechos de autor.
                  
La idea de efectuar la impresión de este libro es de nuestro Querido Hermano Luis Ulloa Vargas, quien nos la propuso a comienzos de este año, ya que contaba con el permiso del querido hermano Iván Herrera y disponía de la imprenta para editarlo.
                    
La carátula del libro reproduce una pintura de nuestro querido hermano Mario Otárola Lorca.
                
Sergio Troncoso del Campo, 27 de noviembre de 2012




                                                     


miércoles, 31 de octubre de 2012

HACIA UNOS ARQUETIPOS SOSTENIBLES


Palabras previas al Coloquio sobre "Francmasonería, Dignidad Humana y Desarrollo Durable" celebrado en el marco del 10° Aniversario  de la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica (CIMAS), en el Or:. De Sao Paulo, Brasil, el día 21 de septiembre de 2012 (E:. V:.)

 Por Iván Herrera Michel

(Saludos fraternales a 30 Obediencias y Organizaciones Masónicas presentes).

Buenos días, 

Como todos ustedes saben, es un verdadero honor ocupar esta tribuna en Sao Paulo en el décimo aniversario de la organización internacional de la Masonería liberal más antigua e incluyente que existe en el hemisferio occidental.  

Y aunque no tuve el honor de haber participado en su fundación, si he sentido desde que conocí a CIMAS un gran respeto por las reflexiones y el flujo de nuevas ideas que se han presentado en sus Coloquios, así como por el trabajo adelantado por sus dos Presidentes Vera Facciollo y Elbio Laxalte, quienes hoy deben sentirse las personas más felices y orgullosas del mundo.

Ahora el “Espacio Masónico Americano”, que estamos creando en Sao Paulo, representa una nueva oportunidad para la ilusión de unir lo que está absurdamente disperso en la Masonería progresista del continente. 

Y si bien diez años no parecen mucho tiempo, y durante ellos ha corrido mucha agua bajo los puentes y hemos recibido críticas de que nuestra forma liberal de entender lo que nos rodea es una claudicación frente a lo contemporáneo, la única verdad que tenemos para mostrar es que no hemos hecho sino un simple retorno a los orígenes y a la forma de pensar de quienes independizaron el continente americano hace dos siglos, que vieron en la Masonería una función social, e incluyeron en sus vidas unas valoraciones morales en calidad de principios, después haberse ungido de Tolerancia anglicana y de Revolución Francesa, gracias a un alma liberal colectiva dotada de un interés constructivo de autonomía. 

Lo cual, es un claro ejemplo de desarrollo sostenible de unos arquetipos que siguen generando propuestas progresistas, como, por ejemplo, la que nos ocupa en este Coloquio, que busca independizar la soberanía del ecosistema que sostiene la vida en la Tierra de las dictaduras del consumo desbocado y la contaminación humana.  O sea, que ahora en medio de un “más de lo mismo” Masónico, estamos abocados paradójicamente a la tarea de conquistar la independencia de aquello que hemos querido siempre dominar, y no la nuestra en particular como individuo o como sociedad. 

Aunque viéndolo bien, y mientras no nos hayamos ido a vivir a otro planeta como parecen aconsejar nuestros científicos más imaginativos, el combate por la manumisión del ineludible hábitat para la supervivencia de la humanidad incluye la necesaria independencia de nuestra mente y de nuestros sentimientos de las presiones que nos asedian, así como el asignarnos autónomamente un valor basado en el respeto al ser humano en particular, y, en general en la inclusión plena en el marco de la subsistencia de todas las formas de vida, ya no solamente humanas, sino además la de los animales y los vegetales que ahora vemos con ojos de parientes que comparten una misma red interconectada.  Conceptos, que parecieran ser de distintas temáticas pero que se entrecruzan en el común combate en pro de la dignidad humana y contra los prejuicios y las inercias mentales que nos gobiernan.

Es muy difícil definir lo que podemos entender como dignidad humana.  A mí en particular me gusta la tesis que ofrece el filósofo alemán Robert Alexi cuando afirma que posee tres elementos: a) Autonomía ética para ver un fin en sí mismo; b) un núcleo fuerte personal que no puede ser objeto de restricciones; y c) la necesidad de un mínimo de condiciones de existencia.  Es un poco kantiana la definición, pero me parece afortunada.

Hay muchas otras formas de dignidad por la que podríamos preocuparnos en la construcción actualizada de una familia humana más feliz, que es uno de los mandatos más importantes del Rito Escocés Antiguo y Aceptado desde hace algo más de un par de siglos.  Está por ejemplo, la población victima de desplazamiento forzado, la atención especial para la niñez, el adulto mayor y las personas discapacitadas, los derechos a la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición, la protección de las minorías étnicas, la población campesina, indígena y afro descendiente, la desaparición de los paraísos fiscales, el derecho real a la libertad de conciencia, el diálogo entre “centros” y “periferias”, una educación basada en pensamientos sistémicos y complejos ligados a los derechos humanos culturales y colectivos, y un largo etcétera.

Los Masones en realidad hemos construido más que una reglamentación universal, un principio sustancial, referente e interpretativo de la realidad humana, que nos señala un camino.  Solo con un abordaje crítico de nuestras diferencias, alejándonos del carácter lineal de nuestras estructuras culturales e interrogando nuestros paradigmas con una perspectiva solidaria podemos hacer sostenible, “In Crescendo”, aquello de una humanidad feliz a la que nos debemos. 

Las sociedades, al igual que los seres vivos, son medios dinámicos no rectilíneos, más bien anárquicos frente a las tendencias que les alteran su estabilidad y las rigen en su evolución hacía puntos críticos a partir de los cuales hay un antes y un después, además de una singularidad completamente nueva con estructuras disipativas, muchas veces impensadas, en lo que podríamos llamar un “efecto mariposa”, cuando no un “Big Bang” sociológico.

Llegado a este punto, es fácil darse cuenta de que es larga y exigente la tarea de reflexión sobre el rol que podría desarrollar la Masonería, dividida en diferentes dimensiones doctrinales, para abocar la temática de la dignidad humana en el marco del desarrollo sostenible.  Pero lo que sí es seguro, es que todos tenemos la obligación de continuar ocupándonos del ser humano en sus estructuras ideológicas, políticas y económicas, así como en sus costumbres, creencias y relaciones de las sociedades tribales y complejas con el ecosistema. 

Los entendidos han descrito cinco tipos principales de sostenibilidad para que el concepto no se torne ambiguo e ingenuo.  Ellas son, la social, la económica, la ecológica, la geográfica y la cultural, y todas suponen el establecimiento de un modelo estable de gestión humana. 

No obstante, para una institución Iniciática que se define como especulativa, como lo es la Masonería desde hace tres siglos, el desarrollo sostenible más importante que puede emprender es el de las ideas progresistas responsables.  Es decir, el de las iniciativas preconcebidas a partir de modelos arquetípicos que envuelvan principios, valores y reglas.

Quiero contarles que hace tan solo unas pocas horas he viajado fascinado como siempre, mirando por la ventanilla de un avión, desde el Mar Caribe colombiano hasta Sao Paulo, atravesando tres cordilleras andinas y la selva amazónica, durante más de doce horas, y una vez más he podido comprobar la inmensa responsabilidad que tenemos con el planeta los que vivimos de este lado del mundo. 

Y también deseo contarles, que, una vez más, ha venido a mi mente la  necesidad que existe de aprender de esas personas que viven allí abajo en las montañas y en las selvas como integrarnos sin traumas al concierto de la vida en la Tierra. 

Ojalá pudiéramos desarrollar un sistema educativo en nuestras ciudades que incluya una estancia de nuestros niños o adolescentes en sus hábitats.  O que por lo menos tienda a asociar con argumentos a favor de una base ecológica sostenible su comportamiento personal y colectivo.

O que podamos, por otra parte, hacer realizable un arquetipo que admita el emprendimiento de una acción que muchos estados no están dispuestos a ejecutar, pues implica una gran inversión, un gran esfuerzo, una disminución de sus ganancias de acuerdo al modelo económico vigente y una nueva conciencia planetaria, que son cosas muy difíciles de adoptar.  Por que, entre otras cosas, debemos reconocer que el tema de los límites del potencial de recursos del planeta y el de la fragilidad de su equilibrio ecológico, a pesar de su urgencia evidente, todavía cuenta con conceptos tutelares en construcción que están siendo afectados negativamente por presiones políticas, económicas e ideológicas. 

Ahora estoy en Sao Paulo, entre hombres y mujeres que han venido de cerca y de lejos, con diferentes sensibilidades, pero unidos en lo disperso, para compartir y conocer reflexiones y propuestas sobre el tema. 

Por lo tanto, yo estoy seguro de que para mí serán de mucho provecho las próximas horas entre ustedes, y de que a mi regreso a casa llevaré varias iniciativas para compartir con mis Queridos Hermanos y Hermanas, mis alumnos y colegas de la Universidad, mis amigos habituales y mi familia.

Por último, no puedo dejar de presentar excusas por no haber leído estas líneas en el bello idioma portugués.  Siempre me deleito con sus sonidos, pero solo he aprendido a entenderlo en poca medida en su versión conocida como “portoñol”, aunque sí tengo la suerte de haber aprendido a decir en portugués desde el fondo de mi corazón Masónico:

“Muito obrigado, irmãos e irmãs.  Eu sou um homem muito feliz de estar com você”
 

IHM
Sao Pulo, Brasil
Septiembre 21/12

domingo, 30 de septiembre de 2012

PRESENTACIÓN DEL LIBRO DEL 10º ANIVERSARIO DE CIMAS (2002 – 2012)



(Palabras de Presentación del “Libro de Aniversario 2002 – 2012” de la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica (CIMAS), pronunciadas en el Or:. De Sao Paulo, Brasil, el día 22 de septiembre de 2012 (E:. V:.), en el marco de su 10° Aniversario)


Por: Iván Herrera Michel

(Saludos protocolarios a 30 Obediencias y Organizaciones Masónicas presentes).

El Libro de Aniversario que ahora presenta CIMAS simultáneamente en Brasil, Uruguay y España, no es un libro más de los muchos que se han publicado sobre la Masonería.  Tampoco es un libro de historia.  Más allá de eso, es en realidad un alegato por la construcción Masónica y el testimonio de un alma colectiva entregada a sus sueños.

Frente a esta realidad inocultable, permítanme por favor contarles que mientras organizaba el borrador del libro, leía paralelamente la novela histórica “Los Pilares de la Tierra” del escritor británico Ken Follet, en la que en el marco medieval del siglo XII se describe en detalles la construcción de una catedral gótica, que es un tema operativo que se relaciona directamente con el simbolismo de la Masonería Moderna. 

En la introducción, Ken Follet expresa su sospecha de que tanta perfección y trabajo durante décadas de sacrificio para levantar una enorme Catedral tenía que tener para el Maestro constructor algún significado adicional al básico de elevar un edificio majestuoso para el culto divino, o al de complacer la vanidad de un Obispo.

La respuesta del Maestro constructor no se hace esperar.  Cuando le presenta la idea y los planos de la futura Catedral al Prior del monasterio que se encargaría de su financiación, y este le interroga acerca del porque quería hacer de su construcción un fin en sí mismo para su propia vida personal a pesar de que lo sobrepasaría en el tiempo, el Maestro le contesta como hipnotizado:

 - “Porque será hermosa”. 


Queridos Hermanos y Queridas Hermanas,

Debo confesarles, sin lugar a exageración, que al organizar las memorias de CIMAS, he visto y sentido en mis Hermanos y Hermanas impulsores del proyecto la misma ilusión fascinada del Maestro Constructor de hace ocho siglos. 

Frente a mis ojos han defilado uno por uno los sueños de sus fundadores, las perspectivas de los que nos hemos sumado en el camino y el punto de vista de los pensadores europeos que nos observan como un continente Masónico diferente – igual a como es de diferente nuestra realidad - con el cual a veces no saben como relacionarse más allá del compartir ocasionalmente en las grandes organizaciones multilaterales que buscan ser un centro de unión de lo que está disperso.

Lo de CIMAS ha sido una realización muy proporcionada.  Y, como bien sabemos los Masones, una construcción bien proporcionada posee fuerza, belleza y sabiduría, que es algo a lo que nos debemos los Masones en todas las Tenidas.

En consecuencia, el libro resultó ser una visión de conjunto esperanzador, el argumento de un trabajo Masónico ejemplar y un verdadero reto para las generaciones futuras, por lo que es muy afortunado para todos que desde hoy mismo se pueda adquirir tranquilamente a través del Internet en papel y en formato electrónico a través de la editorial MASÓNICA.ES (http://www.masonica.es/199-libro-de-aniversario-2002-2012-de-cimas.html ), que dirige en España nuestro muy Q:. H:. Ignacio Méndez – Trellez, que es hoy por hoy la de mayor trascendencia que tenemos en la Masonería hispanoamericana. 

En esta perspectiva, han sido muy interesantes las jornadas de CIMAS en Sao Paulo en estos últimos dos días por que han puesto al descubierto que en la Masonería contemporánea las contradicciones alrededor de la noción de “regularidad” no han impedido la propagación de las ideas básicas de la Orden y han supuesto concepciones críticas que hoy encontramos en todas partes. 

Gracias a esta ampliación de la conciencia Masónica, y a su mayor capacidad intrínseca de repensar la realidad, una nueva autocrítica se abre paso a partir de las reflexiones progresistas hechas por su sector liberal, que aunadas a otros conceptos nacidos en la sociedad civil, de los que ha abrevado con frecuencia la Masonería, como por ejemplo la libertad, la igualdad, la fraternidad y la laicidad, se constituyen en parte del núcleo duro que se ha encaminado contra una forma equivocada de entender la Orden que terminó siendo dependiente de los dogmas y la geopolítica, reduciendo el mandato de unir lo que está disperso a un solo nicho de la sociedad y no extendiéndola a toda ella, como sería lógico entender. 

Esta afortunada contaminación ideológica es una ganancia impensada para la Masonería en su conjunto que honra a quienes han estado en la brega liberal desde hace ya más de una década y a quienes sueñan con unas sociedades más equitativas.  Por que si bien es cierto que la situación interna de la Orden da visos de una interminable pugna tribal, también lo es que es muy posible que las aristas de nuestras sociedades sean objeto de un nuevo embate Masónico que desde distintas posiciones buscarán lo mismo: Una versión más amable de nuestros pueblos. 

Y en ello, a juzgar por lo que se ha hecho en los últimos diez años, CIMAS tiene una gran responsabilidad y una gran contribución.

Queridos Hermanos y Hermanas,

No estarían completas estas palabras, sino destaco con letras mayúsculas el hermoso e inmejorable trabajo que han hecho nuestros QQ:. HH:. del Gran Oriente Francmasónico del Uruguay, Alicia Podestá y Claudio Moreno, que fueron quienes hicieron la edición y el diseño de cubiertas del libro.  Naturalmente, para ellos va toda mi admiración por su profesionalismo y entrega desinteresada al servicio de la causa de CIMAS. 

Gracias al trabajo mancomunado que hemos hecho con el H:. Elbio Laxalte, Alicia y Claudio, el resultado final ha sido un libro de colección que ahora todos podemos adquirir, disfrutar y llevar a casa.  Estoy seguro que el contiene el germen doctrinal que guiará la acción de la Orden sobre nuestras sociedades en el siglo XXI.

Muchas gracias, mis Queridos Hermanos y Hermanas.


IHM.
Or:. De Sao Paulo, Brasil,
Sep. 22/2012
………………………………………………………………………

INDICE DEL LIBRO:

1) A manera de Presentación

2) ¿Qué es CIMAS?

3) Directorio Ejecutivo de CIMAS 2001 – 2013

4) Declaración de Principios

5) Histórico de Actividades de CIMAS

6) Potencias Masónicas miembros de CIMAS

7) Miembros de Honor

8) DIALONGANDO SOBRE CIMAS CON: Vera Facciollo, Myrian Tardugno, Antonio Reis, Louis Daly, Alain Fumaz, Luigi Pruneti, Walter Vargas y Anca Nicolescu.

9) El pensamiento y la doctrina de CIMAS a través de los años y de sus grandes documentos.

10) Reglamento General de CIMAS


sábado, 1 de septiembre de 2012

LA PLOMADA


Por Iván Herrera Michel

Para los obreros europeos de la construcción del siglo XVII, una plomada consistía en una pieza de plomo, o en su defecto de una aleación de este metal, de conformación troncocónica o cilíndrica colgada verticalmente de una cuerda de algodón trenzado, que servía para verificar la rectitud de un muro y se utilizaba cada vez que se levantaban cinco o seis hiladas de piedras.

Junto con el nivel y la escuadra, la plomada era uno de los tres instrumentos de control más importante que acompañaba al albañil a lo largo de su carrera. No era una herramienta de construcción como la llana, ni una de preparación como el cincel y el mazo, ni tampoco una de diseño como el compás.

En materia Masónica, al igual que en la construcción de un muro, la plomada no interviene al principio del trabajo sino cuando ya va adelantado y se usa para ir verificando si posee la rectitud correcta, con el fin de corregir las desviaciones o errores que pudieren haberse presentado en el avance de la obra.

Suspendida en el centro de la Logia, la plomada desciende simbólicamente en el hemisferio septentrional desde la Estrella Polar. Es decir, desde el Polo Norte celeste . O desde el Polo Sur celeste en el hemisferio meridional, determinado a partir de la Cruz del Sur.  Que son puntos imaginarios alrededor de los cuales parece que giraran las estrellas de este a oeste para un observador ubicado en la superficie del planeta debido al movimiento de rotación. Ellos servían a los navegantes como “puntos fijos” a la hora de comprobar su posición.

De la misma manera, la plomada y la cuerda que la sostiene ayudan al Masón a ubicar su lugar en relación con el eje central Masónico y los polos de moralidad que deben guiar su acción, sus palabras y sus pensamientos. De allí derivan expresiones tales como “Estar a Plomo” o “Aplomar”, que son de común uso en la cotidianidad de las Logias para manifestar que una situación está orientada al deber ser o conforme con las obligaciones contraídas.

La cuerda descendente de la plomada simboliza la relación y los deberes que asume un Masón con el Taller, con su conciencia moral y con la sociedad en general, así como la alianza de su pensamiento con sus actos, por lo que es afortunado que en las Logias se encuentre ubicada frente a todos los asistentes, sin importar cargos ni Grados, para recordar con su verticalidad inmóvil que continuamente se deben revisar los trabajos para detectar los errores en la construcción que partiendo del universo de las ideas gobierna la acción planeada.

Por su lado, el plomo suspendido de la bóveda estrellada simboliza al hombre en la búsqueda de un devenir ajustado a las leyes, principios y referentes que aplica autónomamente a la transformación de su realidad. En este orden de ideas, la presión de la fuerza de gravedad que empuja al plomo hacia el interior de sí mismo y de la humanidad es proporcional al tamaño y la cantidad de materia moral, intelectual y solidaria de su comprensión de las “buenas costumbres”, de las leyes justas y de la tradición Masónica, en una alianza que ofrece la sensación abstracta de unión entre moral y normativa al momento de optar entre varias posibilidades o valores, en un marco constructivo.

Dicho sea de paso, una ley es justa cuando, observando la razón, busca el bien común y no desconoce los derechos humanos, ni privilegia a unos sobre otros. Para los iusnaturalistas, una ley es justa cuando es universal y consulta los valores innatos del ser humano. Para los iuspositivistas, lo es cuando fue creada de acuerdo con los procedimientos legales preestablecidos.

A su vez, la tradición Masónica impone una interpretación de sus símbolos y alegorías a lomo de caballo de la geografía, la historia y la sociología para comprender mejor el contexto en el que fueron concebidos originalmente, su evolución en tres siglos y su funcionalidad especulativa actual.

En los espacios progresistas de la Orden, un Masón avoca sus referentes normativos y morales desde el horizonte ontológico que surge de una permanente actitud constructiva dirigida al individuo y a la comunidad.

La plomada en el lenguaje Masónico nos invita a reflexionar sobre los deberes y obligaciones que tienen los Masones, en una deontología que relaciona la libertad individual con el compromiso que dicta la conciencia.

Implica equilibrio y estabilidad. Abona solidez y durabilidad al proyecto.





domingo, 29 de julio de 2012

EL ACALORADO VERANO FRANCÉS


Por Iván Herrera Michel

En el mes de septiembre de 2011, la Gran Logia Unida de Inglaterra emitió una declaración oficial mediante la cual suspendió el “reconocimiento” Masónico a la Gran Logia Nacional de Francia, y el 18 de julio de 2012 su Oficina de Asuntos Generales recomendó que se anuncie la ruptura total en la comunicación trimestral del próximo 12 de septiembre/12.


Mientras tanto, el 10 de junio/12 la Gran Logia de Austria, la Gran Logia Regular de Bélgica, La Gran Logia de Luxemburgo, la Gran Logia Alpina de Suiza y una coalición de cinco Grandes Logias germanas fundada en 1958 denominada “Grandes Logias Unidas de Alemania”, a la par que lamentaban expresamente verse obligadas a hacerlo, suscribieron “solemnemente” la “Declaración de Basilea” (por el nombre de la ciudad en que se reunieron), no solo retirando el “reconocimiento” a la Gran Logia Nacional de Francia, sino además proponiéndoselo a la Gran Logia de Francia, que es una Obediencia liberal que goza de excelentes relaciones con las Grandes Logias y Grandes Orientes franceses y del mundo que no poseen, ni están solicitando, ni aceptan un “reconocimiento” dogmático y subordinante en tópicos tan sensibles como la libertad de conciencia y la Iniciación Masónica femenina.

Las condiciones de Basilea (que son las mismas de Londres) no se hicieron esperar: Para tal efecto, la Gran Logia de Francia debe antes: 1) cortar todo vinculo de forma inequívoca con las actuales Obediencias de su amistad; y 2) no estar subordinada a un Supremo Consejo del REAA.

Sobre la segunda premisa, la semántica puede ayudar en el sentido que se quiera, pero para la primera exigencia se requiere un drástico cambio de 180 grados en el significado del vocablo y el concepto de “regularidad” frente a lo que venía sosteniendo públicamente la Gran Logia de Francia a Londres, en el simbolismo, y su Supremo Consejo del REAA a Washington, en los Altos Grados. Sin contar con la gran variación a que se vería obligada en la interpretación de las Constituciones de Anderson de 1723, sobre todo en aquello que ordena “unir lo que está disperso

En consecuencia, el verano europeo trajo consigo una oleada de exaltación Masónica, y casi no ha habido día en que un alto funcionario de la Masonería francesa, (o en su defecto un ex, o un bloguero) con eco en la prensa, se pronuncie sobre el tema desde diferentes ópticas, en un debate que en mi concepto no se ha centrado en el punto principal:

 - La locura que significa que sigamos manteniendo en el planeta Masónico los cismáticos ocho puntos de Londres de 1929 con sus reformas y afinaciones que tantos males le han traído a la Orden -

De seguir como va la discusión, el entusiasmo estival se extinguirá y como resultado tendremos a mediano plazo unas Obediencias francesas nuevas (ya nacieron de la implosión de la Gran Logia Nacional de Francia), una o dos “regulares” en ese país, y “más de lo mismo”.  Es decir, que solo estaremos ante un cambio estético y facial.

El debate se ha limitado a los alcances que pudieran derivarse de este fastidioso lío, y los cambios que traería en lo que llaman el “paisaje Masónico francés”, con un terremoto que hasta ahora ha liberado energías en Bruselas, Berlín, Luxemburgo, Viena y Basilea, pero cuyos epicentros siguen siendo indiscutiblemente la Great Queen Street de Londres y la Rue Cadet de París. Y en la línea de la historia, 1877 y 1929.

Pero la verdad es que, dada la publicidad que ha tomado el asunto en este verano, así como la calidad, historia, trascendencia y tamaño de las Obediencias involucradas de una u otra manera, sería de gran utilidad para todos que se intente un paso doctrinal y geopolítico adelante y, de una vez por todas, asumamos un gran debate sobre lo que han significado para la Masonería universal los ocho puntos de Londres, sus “reconocimientos” y el dogmatismo que procura, corrigiendo lo que haya que corregirse.

¿…será posible…?





domingo, 1 de julio de 2012

LA PALANCA


Por Iván Herrera Michel

La palanca es una barra rígida rectilínea de longitud variable utilizada para trasmitir e incrementar una fuerza, con base en un punto de apoyo o fulcro, en una tarea que busca mover o levantar con mayor facilidad un objeto pesado. Su uso se encuentra documentado desde el cuarto milenio antes de nuestra era.

De las diferentes clases de palanca que han existido, la Masonería toma alegóricamente la conocida como “de primer grado” por los constructores, que es la que se obtiene cuando se coloca el fulcro entre el obrero y el objeto. Una particularidad del simbolismo de la Orden hace que esta palanca sea de madera, haciendo referencia al mito que sostiene que el Templo de Salomón fue construido sin utilizar metales, y es a la que se refirió Arquimedes cuando pidió una para mover el mundo.

Por lo tanto, no es sorprendente que en la Masonería la palanca de primer grado simbolice la amplificación controlada de la fuerza y los pensamientos en la búsqueda de una mayor eficiencia en el propósito constructivo, venciendo con inteligencia la resistencia que se presente. Su importancia tiene que ver con la comprensión de la acción y la reacción y la ley de causa y efecto, y su utilización requiere inteligencia, discernimiento y observación de la potencia en movimiento.

Cuando la Masonería convida a sus miembros, poniendo en sus manos una palanca, a reflexionar sobre cómo puede mover con menor resistencia el pesado conjunto de sus lastres personales o interactuar con mayor eficacia en medio de sus circunstancias, en realidad los está invitando a darse cuenta de que un ejercicio razonado de su voluntad consciente y de su fuerza intelectual puede lograr grandes cosas para sí y para la humanidad.

Es una invitación esencial a desarrollar el potencial humano, en un proyecto constructivo interior y exterior que empieza con el reconocimiento de sí mismo y el atreverse a repensar en profundidad la propia biografía, a la vez que se reconoce a los otros como iguales en dignidad y respeto.

Y en este sentido, el desarrollo del potencial humano de un Masón requiere la ampliación de su conciencia personal y colectiva, identificando plenamente las razones que podría tener para mejorar su yo, su propia capacidad de acción y las características de la resistencia a superar.

Hoy en día, es común escuchar el término de apalancamiento operativo y financiero, para referirse a los costos fijos operacionales de una empresa que no son dependiente de su actividad y a la utilización de más dinero que el que se tiene. De la misma manera, al Masón se le invita a recapacitar sobre como el poder de su pensamiento y de su acción puede cambiar la realidad. Un ejemplo típico de esta capacidad multiplicadora, lo encontramos en la experiencia de Gandhi y en como la fuerza de sus ideas independizaron la India sin el uso de la violencia. Su pensamiento vigoroso fue la fuerza aplicada a la palanca política nacional que motivó la victoria sobre el poderoso imperio británico, más allá de lo que se podría suponer a partir de sus evidentemente escasas fuerzas físicas.

También sirven como palancas para la edificación de un proyecto de vida personal, la creatividad, los sueños y la imaginación. En alguna oportunidad, el Premio Nobel de Literatura George Bernard Shaw aconsejaba que “si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar. Ahora debes construir los cimientos debajo de él”. Y el empresario estadounidense James Cash Penny afirmó con claridad algo que perfectamente se puede aplicar al simbolismo de la palanca en la Masonería: “muéstrame un obrero con grandes sueños y en él encontrarás un hombre que puede cambiar la historia. Muéstrame un hombre sin sueños, y en él hallarás a un simple obrero”.

Para el trabajo individual y colectivo en una Logia, funciona como una gran palanca la música, el deseo de fraternizar, el egregor, el lenguaje verbal y corporal, el ritual, la sensación de solidaridad, los principios morales, el respeto al otro, la aceptación de la diferencia, el cultivo de la tolerancia, la tradición, el estudio de las herramientas del oficio, el trabajo en equipo, la confianza, el intercambio de ideas, la implicación social y un largo Etc. de cosas que conforman la experiencia Masónica, muy diferente a las de otras escuelas e instituciones Iniciáticas surgidas en el mundo antiguo, en la edad media, en la modernidad o que aún están apareciendo como propuestas novedosas o con diferentes grados de sincretismos.

Todas estas fuerzas de apalancamiento Masónicas están a nuestro alcance y pueden ayudar en la construcción de un mundo más feliz y fraterno, si las asumimos con nobleza y generosidad.

Ya que viéndolo bien, la Masonería en sí misma es una enorme palanca con la que ha contado la humanidad para sus más altos logros en los últimos tres siglos.


             

viernes, 1 de junio de 2012

Introducción al Libro "La Masonería y Sus Grados Escoceses. Un diálogo desde la laicidad y la racionalidad”

Publicado inicialmente en EL MASÓN APRENDIZ 

Por Iván Herrera Michel

Después de leer el contenido de los dos volúmenes de la obra “La Masonería y Sus Grados Escoceses. Un diálogo desde la laicidad y la racionalidad”, la primera conclusión que viene a la mente es que su autor pertenece a la casta de Masones que se preocupan por estudiar las superestructuras de la Orden, disfrutan de un gran entusiasmo por ellas y más allá de preocuparse por que tengan un futuro, analizando su realidad, se dedican a plantear un escenario acorde con el siglo XXI y los fines progresistas e inclusorios para los que fue fundada en 1717.

Por su parte, las Grandes Constituciones de 1786, atribuidas a Federico II de Prusia, fuente primigenia de la normativa del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA), son claras cuando disponen que “tiene la Masonería por objeto la Unión, la Felicidad, y el Bienestar de la familia humana en general y de cada hombre en particular. Debe, pues, trabajar con confianza y energía y hacer incesantes esfuerzos por conseguir esos objetivos. Únicos que reconoce dignos de ella".

Para citar un par ejemplos dramáticos del reto que tenemos frente a nosotros en la búsqueda de la felicidad humana, podemos traer a cuento que según la UNICEF, casi 30.000 niños menores de cinco años mueren cada día por causas evitables, y de acuerdo con la ONU, a pesar de que la tierra produce alimentos para todos, cerca de mil millones de personas actualmente pasan hambre en el mundo. Sin contar, el injusto patriarcado vigente que afecta a la mitad de la humanidad.

No es posible que siendo Masones permanezcamos indiferentes ante el sufrimiento, el dolor y la penuria de esta gente, sin que hagamos una autoevaluación y dinamicemos nuestras herramientas, símbolos, alegorías y metáforas con el propósito de liberar nuestros poderes constructivos.

¿Cómo asumir la obligación de trabajar desde el REAA por “la Unión, la Felicidad, y el Bienestar de la familia humana en general” en el siglo XXI? ¿Podremos seguir siendo eficaces si vemos nuestro desiderátum con ojos de los siglos XVIII, XIX o XX?

Cuando tratamos de trabajar en el tema de los sufrimientos, las desilusiones y las aspiraciones de tantas personas, nos estamos asomando a esa dimensión profundamente Masónica que ha dado a nuestros Hermanos y Hermanas que practican el REAA un referente transcendental.

No obstante, se observa que existe una verdadera necesidad de aclarar nuestra posición en la trama humana en medio del maremágnum de interpretaciones encontradas que recorren la Masonería, generando sospechas de que no estamos siendo eficaces para “la Unión, la Felicidad, y el Bienestar de la familia humana en general”.

La militancia Masónica en el REAA urge con mayor exigencia y plenitud que trabajemos por nuestro entorno. Por lo tanto, nuestros deseos deben encarnarse en el mundo real para hacer posible la felicidad para la que se nos convoca, en el mayor de los casos llegando, inclusive, a repensar nuestras concepciones y sesgos constructivos.

Indiscutiblemente, se hace indispensable dar un salto cualitativo en un método Masónico, asediado por fuera por el creciente interés social en lo trivial, y por dentro, por nuestras propias contradicciones y equivocaciones, para asimilar y difundir, alejados de las autosuficiencias, la línea humanitaria de la Masonería que toma en serio la realidad para transformarla.

Comienza el siglo XXI y todo es especulación de hacia dónde corren las aguas. Los freudianos consideran que seguirá por siempre la pugna entre Eros y Tánatos y los marxistas afirman que estamos asistiendo a un cambio en el modo de producción a partir de lo informático que inevitablemente traerá una nueva organización social, a la manera de lo que se presentó cuando la máquina de vapor hizo que quedará atrás el feudalismo para dar paso a la era industrial.

Cualquiera que sea la previsión, en lo que todos están de acuerdo es en que el cambio ya comenzó y es más profundo y rápido que cualquiera de los anteriores, y Narciso Saez nos dice en los dos “tramos” de su obra sobre cada uno de los 33 Grados del REAA que los símbolos hoy nos están revelando nuevas dimensiones, y que lo nuevo está integrado, se expande y supera lo viejo, debiendo colaborar en la construcción de la aldea global.

No es un secreto que el REAA se las ha ingeniado para involucrar la razón en su espiritualidad tradicional en su afán de mantener la llama encendida. En él caben perfectamente realismo e idealismo, ethos, pathos, logos, Kant, Guenon, Ortega y Gasset, Popper, Foucault, Evola, Freud, Montequieu, Savater, Piaget, Tomás de Aquino, Voltaire,… (sean o no Masones) en una propuesta constructiva íntimamente plural que en pleno siglo XXI tiene como un camino legítimo, viable y eficaz a la laicidad.

Aquello que decía Oscar Wilde, que "el rechazo decimonónico del realismo es la rabia de Calibán al ver su cara en el espejo, y el rechazo decimonónico del romanticismo es la rabia de Calibán al no ver su cara en el espejo", sigue siendo válido para el futuro previsible, y la laicidad tiene el don de ofrecer orden y armonía en el trabajo, el salario y el gran templo de la humanidad del siglo XXI, reuniendo lo que es diverso y está disperso.

Ya me había anunciado Narciso Sáez Narro esta segunda parte de su diálogo sobre la Masonería y el REAA desde la laicidad y la racionalidad cuando conversábamos personalmente sobre la primera, en el marco de la celebración en Barcelona del XXI Encuentro Internacional de Altos Grados, y del Bicentenario del Supremo Consejo Masónico de España en el mes de mayo de 2011.

Joan-Frances Pont Clemente
Me une con Narciso Sáez, nuestra común vinculación con el Supremo Consejo Masónico de España. Él como Miembro Activo, por sobrados méritos propios, yo como Miembro de Honor, por la generosidad de mis Hermanos y Hermanas que conforman esa potencia, y ambos por la amistad y respeto que profesamos a su Soberano Gran Comendador, Joan-Francesc Pont Clemente, autor de la introducción a la primera parte.

Ahora, me permite que escriba algunas impresiones personales a manera de introducción o enfoque a la segunda parte, cuando, en realidad, a lo único que yo aspiraba con expectativa era a leer el libro tan pronto fuera publicado. Deferencia que he agradecido en grado superlativo.

I.H.M.
Barranquilla, Colombia.


domingo, 6 de mayo de 2012

HACIA UNA BIBLIOGRAFÍA BÁSICA SOBRE EL REAA


(Está próximo a salir al mercado el segundo tomo de la obra La Masonería y sus Grados Escoseses. Un Diálogo desde la Laicidad y la Racionalidad” de Narciso Saez Narro, cuya introducción y el presente artículo he escrito y ahora hago público como abre bocas del texto.  IHM) .


Por Iván Herrera Michel
  
Pocas cosas resultan tan personales como el proponer una bibliografía sobre un tema que apasiona. El listado termina mostrando el posicionamiento personal del autor, su visión de conjunto y mucho de sus propósitos. De tal manera, que lo más honrado que se puede intentar es diseñar un marco de referencia que se considere “útil”, sin pretensiones de catálogo de biblioteca, tratando de que se cumpla la premisa de algunos Supremos Consejos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA) que ordena “suum cuique ius” (o sea, a cada quien según su derecho).

En este orden de ideas, y atendiendo la invitación que me ha hecho el estudioso Masón Narciso Saez Narro para lo que he entendido como la elaboración de una propuesta para una bibliografía básica sobre el Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Masonería, a la luz de lo que se concibe y practica como liberal, adogmático y laico, me atrevo a sugerir la siguiente, relacionada con la literatura publicada en castellano que se puede encontrar en librerías, bibliotecas e Internet, haciendo la salvedad de que en francés e italiano existen unas muy buenas obras, de las que no deberíamos perdernos, como, por ejemplo, los rituales y sus textos explicativos sobre los Altos Grados redactados por Daniel Beresniak en francés, que poco se conocen.

Empecemos indicando que acostumbro abordar metodológicamente una temática desde lo general de su experiencia y puesta en escena, y por ello el primer libro que recomiendo, es “Los Ritos Masónicos” de Manuel Rodríguez Castillejos, porque ofrece una óptica esquemática del desarrollo histórico de la Masonería a partir de la evolución de sus ritos y de los cambios sociales que la ha generado. De acuerdo con el libro, las familias de los ritos Masónicos, como las ramas de un árbol genealógico descendente, se fueron desprendiendo unas de otras, y estas a su vez siguieron subdividiéndose, formando nuevas formas rituales, que a veces se cruzaban entre sí.  Posibilitando al lector, la ubicación exacta del REAA en el contexto general de los ritos.

Posteriormente, y sin falsas humildades, mi sugerencia es “El Escocismo Masónico”, de mi propia autoría, con el cual quise mostrar la historia general del REAA, la de sus Supremos Consejos, las diferentes corrientes doctrinales y geopolíticas en que están divididos, y sus principales documentos tutelares.

Ya ubicados en el tema, y suponiendo que el interés del lector es el de profundizar en el ala liberal del REAA, doy por descontado su talante humanista, porque de lo contrario me distraería mucho elaborando una especia de “biblioteca del librepensador”, que sería una tarea tan titánica como polémica.

No quiere esto decir, que sea necesario ser un experto en historia, filosofía y teoría política, pero, mi percepción es que para asimilar de la mejor forma la propuesta humanista constructiva, en su evolución liberal, y los textos y representaciones rituales que ofrece metódicamente el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, es conveniente no ser un analfabeta en temas como la tradición judeo / cristiana de occidente, los ideales caballerescos, la orden teutónica, las aspiraciones republicanas, Etc.

De todos modos, para adquirir un enfoque coherente con la Masonería liberal, me permito recomendar en principio y de manera especial dos libros de Javier Otaola: “Laicidad: una Estrategia para la Libertad” y “Fragmentos de un discurso masónico”, otro de Ascensión Tejerina: “De oficio, masón. Revelaciones de una Gran Maestre”, y la lectura habitual del blog "Masonería Siglo XXI" que dirige Víctor Guerra, que resulta ser una especie de noticiario comentado por un Masón estudioso que muestra por donde corren las aguas actualmente y las principales novedades editoriales.

Sentado lo anterior, y para comenzar desde el principio y lo normativo, creo que lo más conveniente es hacer un estudio comparado entre las muy discutidas (pero aceptadas como textos supremos del REAA) Grandes Constituciones de 1762 y 1786, y la “Nova Instituta Secreta et Fundamenta”, atribuidas al Rey Federico II de Prusia, con las reformas que le fueron hechas en Lausana, Suiza, en 1875, por los nueve Supremos Consejos allí acreditados y que no son observadas por algunos de los más representativos del mundo, como es el caso, por ejemplo, de el de la Jurisdicción Sur de USA, aunque, en aras de la verdad, las enmiendas hechas en nada realmente cardinal variaron las disposiciones originales.

De igual manera, ahora hay que extender la reflexión, desde una perspectiva progresista y dinámica de la historia doctrinal del REAA, y con visión de futuro, al estudio comparado de los anteriores documentos con la Declaración de Ginebra de 2005, proferida por las veinte jurisdicciones liberales reunidas en el XVII Encuentro Internacional de Altos Grados, en esa ciudad suiza.

Por otra parte, todos sabemos que lo del REAA no se agota en lo regulado, sino que propone una continuación gradual de la Iniciación que toca varias tradiciones, de tal forma que se puede ser, Tenida tras Tenida, místico, judío, cristiano, obrero, republicano, vengador, gentilhombre, caballero teutón, juez, levita, sacerdote, luterano, anticlerical, Etc.

Por lo que se hace necesario para un lector adogmático, conocer otros textos aparecidos en los últimos dos siglos, que sin ser necesariamente afines con la rama liberal, si poseen el mérito de aportar un cuerpo acumulado de conocimiento y postulaciones de los cuales deducir las cosas que se mantienen, indiferentemente de las corrientes que se profesen.

Andrew Michael Ramsay
Así las cosas, el listado indiscutiblemente empieza con los celebres discursos que el Caballero escocés Andrew Michael Ramsay pronunció en 1736 en la Logia parisina Saint Thomas N° 1, y en 1737 ante una Asamblea General de Masones franceses, los cuales - aunque su contenido no resiste el más elemental examen histórico - fueron utilizados en su momento para brindar presentación social aceptable a la corriente Masónica que luego desembocó en el REAA. Por lo tanto, hay que conocerlos.

En seguido orden, recomiendo la lectura detallada de la "Guía de los Masones Escoceses", que es el ritual más antiguo que se conoce para los tres grados simbólicos del REAA, redactado en 1810 por el Supremo Consejo de Francia (hoy del Gran Oriente de Francia), constituido en 1804 como el segundo en el mundo, después del de Charleston, USA, en 1801, para practicar, en una Masonería de 33 grados, una nueva versión de la de Perfección de 25 conocida en Francia desde la década de 1760, fruto del crisol de esa nación del siglo XVIII, y cuya génesis primigenia se encuentra en las “Constituciones de Anderson”, que igualmente debe conocer bien todo escocista, en su versión de 1723, porque cuando la Gran Logia de Londres las modificó en 1738, el ancestro inglés de la línea adaptativa francesa de la que desciende el REAA ya había atravesado el Canal de la Mancha en dirección a Europa continental y sentado plaza en París.

Siguiendo en la línea del tiempo, la siguiente obra en impacto histórico, sobre todo en Estados Unidos y las Américas, fue “Moral y Dogmas del Rito Escocés Antiguo y Aceptado” publicado por Albert Pike en 1868, que se entregó hasta el año 1974 en USA al Masón que recibiera el Grado 14°. Desde esta fecha se entrega un resumen del libro elaborado por Henry C. Clausen denominado “Comentarios sobre Moral y Dogmas”, que es mucho más pequeño y digerible, junto con “Un Puente a la Luz”, escrito por Rex R. Hutchens, que de acuerdo a su autor fue redactado para enlazar las ceremonias y “Moral y Dogmas…”, que es un compendio de dos pulgadas de grueso con 861 páginas de texto más otras 218 de índices, que recoge la percepción personal filosófica esotérica de Pike, y se tiene en gran valía en algunos Supremos Consejos del REAA que no practican una visión progresista y adogmática de su ideario.

En adelante, yo diría que a la práctica del REAA se le ha direccionado autocefalamente a través de los reglamentos que las diferentes jurisdicciones de Altos Grados se han dado a sí mismas, mediante los cuales diseñan las amplias avenidas doctrinales por las que se espera que transiten los trabajos de sus cuerpos subordinados. Muchos de ellos, también producto en gran medida de las reflexiones y acuerdos que se adelantan en encuentros multilaterales de variado espectro, que, hoy por hoy, constituyen la más profusa fuente de consulta, ya que sobre los altos grados del rito no se publica tanto como sobre el simbolismo, y escasean las fuentes bibliográficas.

Desde ese punto de vista, en el ala liberal del REAA me atrevo a recomendar dos reglamentaciones de jurisdicciones de habla castellana que yo aprecio por su esfuerzo propositivo y progresista: una es la del Supremo Consejo Masónico de España y la otra es la del Gran Colegio del Rito del Supremo Consejo del Gran Oriente de la Francmasonería del Uruguay.

No obstante las anteriores recomendaciones, no se puede pasar por alto que hay textos complementarios que ninguna biblioteca puede dejar de ofrecer. En mi opinión, son: 1) Un diccionario: mi apuesta es por el “Diccionario Enciclopédico de la Masonería” de Lorenzo Frau Abrines; 2) Manuales y catecismos: sugiero los de Andres Cassard; 3) Ayudas nemotécnicas rápidas: con cautela podemos contar con el “Retejador Masónico Universal” de Leo Taxil, por que no ha resultado tan universal; y 4) Una revista temática de actualidad: la sugerencia mía es “Cultura Masónica” N° 9 de octubre de 2011 dirigida por Valentín Díaz, editada por Ignacio Méndez – Trelles y dedicada enteramente al REAA, que cuenta con 11 artículos de análisis y las memorias del XXI Encuentro Internacional de Altos Grados, celebrado en Barcelona, España, en mayo de 2011, que se reúne cada dos años.

Y por último, no puedo dejar de mencionar “La Masonería y sus Grados Escoseses. Un Diálogo desde la Laicidad y la Racionalidad” de Narciso Saez Narro, por desarrollar la hipótesis de que “los grados son el reflejo de una teoría del desarrollo del pensamiento humano y de la humanidad”.



IHM
Abril/12