martes, 20 de mayo de 2014

“EN COLUMNAS DE IGUALDAD”

               
Por Iván Herrera Michel
     
            
Pareciera que estamos asistiendo al boom de una literatura Masónica que está despojando de su representación patriarcal a la Orden y haciendo visible su historia real.  Por este camino, está quedando claro que el tema de las Masonas, por ejemplo, ni es francés, ni es moderno ni sus inicios fueron marginales o por circunstancias accidentales.
                 
En este campo, las novedades editoriales corren por cuenta de una Masona colombiana (sobre Masonería mixta) y dos españolas (sobre Masonería femenina), que con unas credenciales impecables, han publicado en los últimos cuatro meses igual número de libros.  Sus títulos, en orden cronológico de aparición, son:
             
1) “En Columnas de igualdad. Una experiencia histórica en busca de la equidad, escrito por Marina López Sepúlveda, Abogada, Magíster en Género, Sociedad y Políticas, y académica en Derechos Humanos desde una perspectiva de Género y enfoque de interseccionalidad. Miembro de la Logia Luz Hermética de la Federación Colombiana de Logias Masónicas, con sede en Barranquilla, Colombia. El libro lo publicó Editorial masónica.es. en el mes de mayo de 2014.  
                   
2) “La Masonería Femenina en España. Dos siglos de historia por  la Igualdad, de la Antropóloga Social y Cultural Rosa Elvira Presmanes García, Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de España entre los años 2006 y 2009. El libro salió a la luz pública en el mes de abril de 2014, y
                  
3) “Masonas. Historia de la masonería femenina”, escrito por la periodista e investigadora Yolanda Alba Fernández Rodríguez, de la Logia Hermes y Tolerancia de la Gran Logia Simbólica Española, en Madrid, España.  El texto fue publicado por la Editorial Almuzara en febrero de 2014.
                   
En el caso de Marina López y Yolanda Alba, una y otra tuvieron la amabilidad de comentarme sus proyectos un año antes de la publicación de sus libros, y me consta la delicadeza en el manejo de las fuentes porque me pidieron permiso para citarme, algo que se ha vuelto excepcional en este mundo del “copia y pega” en que nos movemos.  De Rosa Elvira Presmanes, me ha gustado mucho su definición de la Masonería como una “asociación interclasista, intergeneracional y libre pensadora”. 
                                 
Es claro que nos encontramos inmersos en un instante de la historia en el que como nunca se cuestionan saberes y verdades que antes se tenían como inamovibles. En estos días se repiensan los discursos y se escuchan historias alternativas a la oficial que provienen de trabajos serios y académicos, que están arrojando luz sobre datos que habían quedado sepultados por leyes patriarcales que parecen formar parte del ADN de la Masonería, constituyen un obstáculos a sus fines, y en muchos casos han hecho tránsito al inconsciente colectivo de Masones y Masonas.
                
Los nuevos conocimientos sobre las Masonas están trabajando sobre las mentalidades, los imaginarios, y las representaciones Iniciáticas, al situarse en el difícil terreno de la reinterpretación de los discursos dominantes.  Están variando la idea de un eterno masculino en la Orden y de mujeres organizadas paralelamente en asociaciones de caridad. 
                 
Con la investigadora Florence Thomas aprendí que lo contrario a la igualdad no es la diferencia, sino la desigualdad, y que lo opuesto a lo diferente es lo idéntico. De la misma forma, la antípoda de la equidad es la inequidad.  Esta claridad, supone poner sobre el tapete un orden de inferiorización entre personas, cuando no de exclusión, incompatible con los valores de libertad, igualdad y fraternidad que defiende la Masonería.
                   
En los tres libros mencionados, he notado que existe un énfasis en sus autoras por no reconocer ni querer que las Masonas sean idénticas a los Masones, en razón de que supondría la neutralización de la diferencia y el convertirse en protagonistas de segunda clase asimiladas a lo que se tiene como elaborado correctamente por y para hombres.  Tampoco reclaman que las Masonas sean la medida de lo Masónico, que sean complementarias a lo masculino, ni que por naturaleza conciban una mejor forma de Masonería, como lo hace la Masonería masculina.  
                         
Reclaman igualdad y equidad en y desde la diferencia, que no es lo mismo.  Buscan abrir mentalidades por el conocimiento y edificar imagines constructivas que nos liberen de los figurados y las reglas de juego de un discurso patriarcal elaborado en contextos tan coyunturales ayer como superados hoy.
                       
Dejan ver el contrasentido de una institución que diciéndose portadora de un mensaje de libertad, igualdad y fraternidad para toda la humanidad, se vio enzarzada en exclusiones y discriminaciones.   
                 
Y la verdad es que la labor pendiente no se ve como una tarea fácil, ya que ante una Masonería que se hipotecó desde lo masculino en un principio, significa para muchos (y muchas, también hay que decirlo) casi como luchar contra el propio inconsciente en la búsqueda de la simetría en las oportunidades y el desaparecimiento de las respuesta automáticas.